Los tapices tejidos con lana y utilizados como símbolos externos de riqueza y poder siempre han sido considerados los textiles artísticos por excelencia en Europa. Pero un textil, cualquier textil -en este caso la lana- presenta una extraordinaria riqueza de lecturas y contextos subyacentes, no solo sobre el origen e historia de la materia prima, sino también sobre su transformación, su uso y sus códigos estéticos e incluso morales: cómo y quién lo produjo, en qué condiciones, quién lo poseía… El textil -la lana- se asume así como contenedor de memorias colectivas y personales y como herramienta creativa para explorar los temas que preocupan a la sociedad actual: la relación con el territorio y la naturaleza, la sostenibilidad, el papel del hombre, de la mujer e incluso del trabajo infantil en la industria textil…

Los territorios español y portugués a ambos lados de la raya comparten siglos de intercambios comerciales, culturales y personales en torno a la lana. Un ejemplo es la Ruta de la Lana -Translana, que parte del lavadero de Malpartida de Cáceres – hoy Museo Vostell – y finaliza en la Real Fábrica Veiga – Museo de la Lana y otras fábricas de Covilhã.